La Opinión de la FOP

Somiedo, 25 años de Parque Natural

Somiedo, 25 años de Parque Natural 150 150 Fundación Oso Pardo

El pasado mes de junio hizo 25 años desde que se aprobó la Ley de declaración del concejo de Somiedo como Parque Natural, con la finalidad de ‘garantizar la conservación de los cualificados valores naturales del área, haciéndolos compatibles con el mantenimiento y mejora de las actividades tradicionales, con el desarrollo económico y social de la zona y con el fomento del conocimiento y disfrute de dichos valores’.

Era el primer Parque Natural declarado en Asturias y el primero también de la Cordillera Cantábrica, y no dejaba de ser por su carácter pionero y su objetivo principal, un experimento: demostrar que era posible conciliar la conservación de los recursos naturales con el desarrollo económico de sus habitantes. Aunque ahora parezca evidente, entonces no todo el mundo lo tenía tan claro.

Antes de la creación del Parque, en Somiedo había pocos osos, se les hostigaba y, como en toda la cordillera, hablar de conservación provocaba tensiones y encendidos debates. Pero diálogo y mucha información dieron la vuelta a la tortilla, y finalmente el ayuntamiento y los vecinos, con el apoyo de la Universidad de Oviedo, presentaron al Principado de Asturias la propuesta de hacer un Parque Natural con los mismos límites que el municipio, idea que fue acogida con entusiasmo por el Gobierno asturiano presidido entonces por Pedro de Silva Cienfuegos.

Veinticinco años después la experiencia puede considerarse exitosa. La población de osos en Somiedo ha aumentado visiblemente y ha bombeado ejemplares a los concejos limítrofes, favoreciendo la recuperación de los valles centrales de Asturias como pujante núcleo reproductor. Entre 40 y 50 osos conviven sin problemas en Somiedo con 8.000 vacas de la raza autóctona “Asturiana de los Valles”, manejadas en extensivo para producir carne de calidad en explotaciones especializadas y muy profesionalizadas. El otro pilar de la economía somedana es el sector servicios. Antes del Parque no había turistas, algunos montañeros y cazadores y poco más; de hecho, entonces sólo encontrabas habitación en un par de hospedajes. En la actualidad, unos 90 negocios, regentados por somedanos que han decidido quedarse a vivir en su tierra, atienden a los más de 100.000 visitantes anuales del Parque.

Como resultado, el concejo de Somiedo ha pasado del penúltimo puesto en el nivel de renta por habitante en los años 80 a ocupar una posición media en el listado de los concejos asturianos.

Una importante y poco reconocida aportación de Somiedo a la conservación ha sido su papel de “quitamiedos” para otros territorios que han terminado siendo Parques Naturales. Líderes locales y agentes económicos y sociales de comarcas ricas en biodiversidad de toda España han visitado Somiedo para convencerse de que un Parque Natural no es el fin del mundo, sino todo lo contrario. Y después de hablar con ayuntamiento, gestores, hosteleros, ganaderos y cazadores, muchos se han ido convencidos del interés de un Parque Natural para sus municipios.

La Fundación Oso Pardo (FOP) ha sido testigo privilegiado de este proceso y ha mantenido una estrecha relación desde sus inicios con el Parque Natural de Somiedo; en el marco de un convenio de colaboración con el ayuntamiento, que ha venido renovándose en el tiempo, Somiedo alberga la sede de la FOP en Asturias, acoge una Patrulla-Oso y el centro de interpretación ‘Somiedo y el Oso’, que permite conocer las relaciones –ya desde la Prehistoria- entre este concejo y la especie. Contribuimos a la creación de empleo local –tarea harto dificultosa en los últimos tiempos-, a conservar el territorio y a difundir los valores naturales y culturales de este magnífico espacio protegido.

Seguro que a Somiedo le quedan retos por cumplir y aspectos que mejorar, pero es uno de los escasos ejemplos reales de desarrollo sostenible. Para alcanzar la situación actual han sido fundamentales la apuesta y el impulso al Parque por parte de los responsables políticos de entonces y ahora, pero sobre todo la implicación de los somedanos, que en su gran mayoría creyeron y siguen creyendo en el Parque Natural, se arriesgaron abriendo pequeños negocios, y mantuvieron -a pesar de las dificultades- sus cabañas ganaderas. A todos ellos, liderados por Belarmino Fernández y Jose Luis Valle, alcalde y teniente-alcalde desde el año 1995, nuestro reconocimiento y felicitaciones.

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Osos cantábricos y pirenaicos, dos realidades diferentes

Osos cantábricos y pirenaicos, dos realidades diferentes 150 150 Fundación Oso Pardo

Los osos cantábricos están pasando por un buen momento. La subpoblación oriental parece abandonar el estancamiento de la última década, cuando no superaba las dos o tres osas con crías anuales, y da síntomas de crecimiento con cuatro hembras con oseznos tanto en 2011 como en 2012. La subpoblación occidental da muestras de su vigor y, con el censo aún sin concluir, ya ofrece cifras de récord: 28 osas con 53 crías nacidas en 2012. Además, en los últimos años se han detectado osos macho atravesando el corredor entre las dos subpoblaciones, y los genetistas de la Universidad de Oviedo han confirmado la existencia en la subpoblación oriental de oseznos de madre oriental y padre occidental.

Estos datos nos permiten ser optimistas en cuanto a la recuperación del oso en la Cordillera Cantábrica. Si se ha llegado a esta situación favorable ha sido posible gracias al esfuerzo de muchos: administraciones, ONG, colectivos como el de los cazadores y muchos de los que viven y desarrollan su actividad en las áreas oseras, que han trabajado bajo marcos comunes para lograr el aumento del censo y la aceptación social del oso. Nuestra fundación no ha sido ajena a ese esfuerzo, y hemos trabajado (y continuaremos trabajando) con todas nuestras fuerzas y nuestro entusiasmo en la lucha contra el furtivismo, en la protección y mejora de los hábitats oseros y en mejorar la aceptación social del oso fomentando su imagen positiva como elemento dinamizador de las áreas rurales.

En los Pirineos, la situación ofrece claros y oscuros. El núcleo que habita el Pirineo Central no para de crecer aunque sea muy poco a poco; está formado por osos eslovenos liberados a partir de 1996 y sus descendientes, cuenta con un censo próximo a los 30 ejemplares y en los últimos dos años se han localizado cuatro camadas con un total de siete oseznos. Contrariamente, la situación es terminal en los Pirineos atlánticos, donde solamente viven dos ejemplares macho, uno de origen esloveno y otro con genes eslovenos y de la extinta población pirenaica; es evidente que este núcleo necesita un reforzamiento con la suelta inicial de al menos dos hembras.

En los Pirineos no se ha conseguido aún el apoyo social necesario para alcanzar con éxito los objetivos de conservación, por lo que es necesario continuar las actuaciones para mejorar la convivencia entre humanos y osos, insistiendo en las medidas de sensibilización y de prevención de ataques a los rebaños de ovino y a los colmenares. En este sentido es resaltable el programa de agrupación de rebaños y vigilancia permanente con pastores y perros de guardia puesto en marcha por la Generalitat de Catalunya.

En todo caso, hay que asumir que las medidas de cohabitación en los Pirineos deben venir acompañadas de un programa de reforzamiento poblacional. Es ineludible si queremos garantizar un futuro para el núcleo osero de los Pirineos atlánticos y cumplir con las obligaciones emanadas de la Directiva 92/43/CEE, de Hábitats. No sorprende, por eso, que organizaciones conservacionistas españolas y francesas hayan puesto en marcha una campaña para reclamar el reforzamiento poblacional a las autoridades ambientales de ambos países. Lo que si sorprende es que en esa iniciativa participe el Fapas, organización que protagonizó una infame campaña –inédita en el ecologismo español- contra un proyecto Life (denominado Acciones para la conservación de las poblaciones ibéricas de oso pardo y la cohabitación con las actividades humanas) presentado en 2011 por el Gobierno de España (y apoyado por el de Francia) y todas las comunidades autónomas cantábricas y pirenaicas, y que contenía precisamente el compromiso de reforzar la población pirenaica con un macho y dos hembras y de impulsar las medidas de convivencia entre humanos y osos. Ese proyecto Life, que finalmente no fue aprobado, representaba un fuerte apoyo para los osos cantábricos y una luz de esperanza para la población pirenaica de osos.

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