Esta acción forma parte del programa ‘Enriquecimiento de la biodiversidad en zonas oseras’ que desarrolla la Fundación Oso Pardo (FOP) con la colaboración de Endesa a través de su plan de Conservación de la biodiversidad. Un programa que se puso en marcha el año 2016 para diseñar una red de espacios que facilitaran el movimiento y la dispersión de la especie en todo el Pirineo catalán gracias al aumento de la oferta de alimento y contribuyeran, de esta manera, a su conservación. Estos árboles, dispuestos en 17 pequeños bosquetes absorberán, durante los próximos 30 años, un total de 1.665 toneladas de CO2
El objetivo principal del proyecto es restaurar el hábitat del oso pardo en zonas que han perdido cobertura vegetal. Para lograrlo, se está creando una red de bosques de enriquecimiento y alimentación repartidos estratégicamente entre las zonas de presencia de osas con crías en la comarca del Pallars Sobirà, principalmente. Los árboles frutales silvestres suponen una fuente de alimentación fundamental para los osos, por lo que disponer de un hábitat rico en este recurso contribuye tanto a mejorar las expectativas de la especie, como a conciliar su presencia con las actividades humanas al proporcionar esta fuente de alimentación en su medio natural.
La plantación se ha realizado en dos fases: una primera durante la primavera pasada, cuando se plantaron 1.200 árboles (cerezos y manzanos); y la segunda, que empezó el pasado mes de marzo y ha finalizado esta misma semana y en la que se han plantado 5.800 árboles más. De entre ellos, 4.000 son mostajos (Sorbus aria), 910 cerezos (Prunus avium) y 800 manzanos (Malus sp.). El proceso empezó hará tres años, cuando técnicos de Forestal Catalana (que pertenece a la Generalitat de Catalunya y con quien la FOP tiene un acuerdo de colaboración) estuvieron recogiendo semillas de variedades autóctonas para posteriormente, plantar en su vivero de Tremp donde las han cuidado hasta obtener los plantones.

Miembro de cuadrilla de trabajadores locales plantando en uno de los bosquetes
Las plantaciones se han dispuesto en 17 distintas ubicaciones, generando bosquetes, con lo que se abarca una extensión mayor de territorio. Las plantas se distribuyen de forma irregular para ganar en naturalidad, y con cierta distancia entre sí, permitiendo el desarrollo de amplias copas y una mejor producción de frutos que darán alimento en el futuro al oso y a otras especies, lo que revierte en un beneficio para la biodiversidad.
La plantación se ha realizado en el municipio de Lladore (Lleida), en el Parque Natural del Alto Pirineo y en terrenos colindantes. Con los propietarios se firma un acuerdo de custodia del territorio para asegurar la continuidad del proyecto.