El Fapas colocó sin permisos una carroña en el Parque Natural de Somiedo en el año 2011 poniendo en peligro a la osa Villarina.
El Juzgado de lo contencioso-administrativo nº 1 de Oviedo ha obligado al Principado de Asturias, mediante sentencia del 23 de julio, a abrir un expediente sancionador al Fapas por la colocación de una carroña sin autorización en el año 2011 para poder fotografiar a la osa Villarina, poniendo en peligro su supervivencia. Este hecho fue denunciado por la Fundación Oso Pardo (FOP), sin que la Dirección General de Recursos Naturales decidiera abrir expediente sancionador a pesar del informe elaborado por el entonces Jefe de Servicio de Vida Silvestre, en el que indicaba que el aporte de comida suplementaria generaba un “grave problema de conservación (…) máxime cuando se trata de un ejemplar, soltado hace 2 años tras permanecer en recuperación varios meses y que manifiesta escaso temor a los humanos”, añadiendo que el hecho de que hubiera lobos comiendo de la carroña “representa un riesgo añadido”.
Cabe recordar que Villarina es una osa que fue recogida herida en el año 2008 en muy mal estado, y que pudo ser reintegrada a la naturaleza meses más tarde. En casos como el de esta osa, ante el riesgo de que manifieste escaso temor a los humanos, es necesario hacer un esfuerzo de deshabituación, por lo que el aporte de comida suplementaria, y especialmente de carroña de animales domésticos, contrariamente facilitaba su habituación.
El suceso ocurrió el 30 de marzo de 2011, cuando una vigilante de la FOP, junto a un guarda del Principado, observaron en un paraje del Parque Natural de Somiedo a la osa Villarina comiendo el cadáver de un burro, situado en un reguero. Al día siguiente observaron a lo largo de la mañana cómo comieron consecutivamente del cadáver del burro un lobo, la osa Villarina y un zorro, hasta prácticamente acabar con el cadáver. Al acercarse a los restos, junto con el Jefe de Servicio de Vida Silvestre del Principado, comprobaron que había dos cámaras de fotos del Fapas, una enfocando a la carroña del burro y otra a un sendero de acceso.
El Fapas informó a los que estaban interviniendo en este operativo que las cámaras eran de su propiedad, pero negó reiteradamente, tanto a los funcionarios del Principado como a distintas personas de la FOP, que la carroña fuera suya. Sin embargo, gracias a que se pudo realizar la lectura del código numérico del chip del animal, se pudo concluir que el burro pertenecía al Fapas: había sido donado por su propietaria, residente en Grado, a esta asociación, siendo recogido por su presidente, Roberto Hartasánchez, para su depósito en un comedero para aves carroñeras en el concejo de Santo Adriano, tal como figuraba en el certificado oficial de retirada; pero en vez de llevar la carroña al citado comedero, lo depositaron ilegalmente en el Parque Natural de Somiedo. Por este motivo, relacionado con la sanidad animal, la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos impuso al Fapas una multa de 600 euros.
Sin embargo, la denuncia de la FOP por depositar una carroña sin autorización, incumpliendo el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Natural de Somiedo y La Ley de Espacios Naturales Protegidos de Asturias, y sin conocimiento de la guardería, del Parque Natural y de la Dirección General de Recursos Naturales, sorprendentemente no prosperó a pesar de su gravedad y la ilegalidad del caso. Ha sido finalmente el Juzgado el que ha tenido que determinar que había base suficiente para haber incoado el expediente sancionador, obligando al Principado a hacerlo.
Para la FOP, el suceso es muy grave, porque además de poner una carroña ilegalmente, no se avisó a los guardas del Principado, al Parque Natural ni a la Dirección General, lo que suponía un riesgo adicional para la osa ya que en las carroñas comen también lobos, y en la misma zona ya se habían quitado lazos y han aparecido lobos envenenados. Aparte de esto, la aportación suplementaria de alimento era innecesaria porque Villarina presentaba un buen estado físico. Por último, al hacerlo se planteó un riesgo más, el de la habituación, algo que se había considerado fundamental evitar a la hora de retornar a Villarina al medio natural. Por todas estas razones la FOP decidió presentar su denuncia.
No es la primera vez que el Fapas utiliza cebos o carroñas sin permiso para fotografiar animales, aún a riesgo de poner en peligro a especies amenazadas. Para la FOP, estas prácticas no tienen nada que ver con la conservación, sino todo lo contrario.